domingo, octubre 07, 2007

El viaje inaugural de la primavera


(del otro lado del río)


el jueves 28 me embarqué en el pato olive-oil (el buque rápido) e inicié el camino de postas colonia-tres cruces-pde. fue gracioso porque en el camino a maldonado, mientras cruzaba montevideo, el día era espléndido y el sol brillaba radiante.
ahora bien, llegando a maldonado resultó que todo estaba envuelto en una bruma espesa. así que inicie mi recorrido por la city esteña, cerca de las tres, agitando los brazos para despejar la niebla. por gorlero no había nadie, sólo algunos grupitos de turistas (siempre reconocibles) y residentes que caminaban solitarios.
y las gitanas, elemento folclórico por excelencia. yo simulé ser una turista chechena y fingí no entender sus embates.
mi primer parada, la inauguración oficial de mi trip, fue un café con leche en el greco, a un módico costo de cien uruguayos..
como aporte a la coherencia general, todas las mesas estaban vacías, salvo una que se ocupó mientras estaba tomando mi café.
después continué mi recorrido por esas callecitas de nombres poéticos, como las gaviotas y el remanso, donde en los locales de prada, tommy hilfiger y similares los vendedores languidecían de aburrimiento. luego paseé un poco por la costanera de la mansa.
más tarde fui a la tienda inglesa, cómo me gusta ese supermercado. tenían unas empanadas de lomito y cheddar que resultaron riquísimas.
el viernes me fui de breve paseo a san carlos, donde tuve la graciosa postal de los niños de moños azules, que encuentro encantadora.
pero además se ve que estaban haciendo un acto por el día de la primavera porque todos los chicos de edad kinder estaban disfrazados ad hoc con trajes de alto impacto y muy, pero muy, cuidada realización. una linda postal.
y almorcé sandwich de milanesa de carrito de san carlos, muy rico.
el sábado tuve un poco de playa, pero con mucho viento.
la noche fue olvidable, o desde otro punto de vista recordable. tal vez ambas cosas.
el domingo playa nuevamente, una solanas espléndida y desierta, propiamente un día de playa. y con tardecita de colet incluída.
el lunes ya estaba comme ci comme ça.
la nota de color es que en alguna de las comidas de mi estadía pude comer ensalada de tomate!!!! que estaba más barato en la tienda inglesa que en la verdulería de la esquina de casa!!! en general creo que todos los vegetales estaban más baratos, o por lo menos no más caros, azares de una economía con un peso artificialmente alto y un dólar ídem bajo.

siempre digo lo mismo: odio las vueltas. a veces siento que vivo para esperar las idas. cada vez sufro más la vida sedentaria, y es una declaración de principios.

El concierto inaugural de la primavera


(another delayed post)


El año pasado fue el de kevin + the nada en el faena, exactamente el jueves 21 de septiembre. este año me enteré que justamente el 21 de septiembre tocó the nada (aka la familia ingle) en otro ámbito menos glamoroso que el faena, pero el talento suena igual en todos lados.
pero el 21 a la noche me quedé en casa. de piqui-niqui de medianoche, nada nadín.
pero el 24 nos fuimos con marianita a la trastienda a ver a café tacuba, yo tenía las entradas creo que a los cinco segundos de que salieron a la venta...
por supuesto, tal lo esperable, la mesa de fila de 1 no nos sirvió de mucho pero fue útil para tener una ubicación privilegiada de todas maneras. muuuuuucha gente (sin duda el recital más concurrido de aquellos a los que concurrí en la trastienda) y una banda im-pe-ca-ble que, tal lo esperable, incitó al des-orden. y a la segunda canción allí estaban todos los concurrentes haciendo temblar las mesas y rodar los vasos por el piso. yo hice catarsis y grité como hace mucho que no grito en un recital, aprovechando el griterío colectivo (de hecho, el último recital en el que grité tanto fue en el acústico de café tacuba hace ya tres años, cuando no costaba tanto conseguir una entrada...)
como siempre, mis favoritas fueron tres. déjate caer, que grité con todas mis fuerzas (la vida es imprecisa). el baile y el salón, con el corito que me quedó grabado desde aquel acústico, donde nos dejaron con las ganas. y mi canción autobiográfica, el metro, que escuché por primera vez una noche muuy lejana de 1995 y me representa desde entonces, por muchos motivos que fueron mutando y enriqueciéndose con el tiempo.
souvenir: la remera de rainbow brite con mancha de vino del genial personaje que estaba en una mesa a côtè ignorante de que el mundo temblaba a su alrededor.
la groupie nº1: marianita, que aprovechando su cuantiosa distancia de 2,7 milímetros del escenario, tocó cual si fueran milagrosos a todos los músicos de la banda.
lo destacable: la sonrisa imborrable (y no de maquillaje) de rubén albarrán, que tiene una gran capacidad que contados músicos poseen: la de mirar a los ojos al público. creo que todos y cada uno de los que estábamos en las proximidades del escenario recibimos una mirada-eje-escópico (les yeux dans les yeux, san eliseo verón dixit) y una sonrisa que te energizaba hasta el año que viene (ya sé que no se nota. es que los efectos de esas drogas, lamentablemente, se desvanecen...)
y la frase: (a una de las fans invitadas a subir al escenario, que luego fueron invitadas a tirarse al público, cual almost famous) "no, tú no te avientes que a tí no te cachan".

bueno, así es. experience it. enjoy it. just don't fall for it.

viernes, octubre 05, 2007

El fin del invierno

(a delayed post)
20 de septiembre, vísperas de la primavera
Mi querida amiga Nati estuvo de visita unos días en bue -directo desde santiago (de chile)- y esa noche nos fuimos de copetines a las cañitas, como hace casi exactamente un año. En esta oportunidad se nos sumó Nico, el hermano de Nat. Después de caminar cuadras, y cuadras, y cuadrasss (innecesariamente, por supuesto) fuimos al super soul, donde ellos tomaron sendos mojitos y sssho un natty dread lock (bourbon + lima + manzana), muy (demasiado en relación al costo-beneficio) suavito. Pero como eso no nos bastó (qué tanto!!!) nos fumos a jackie o, donde habíamos estado con Nat en aquella noche de agosto del 2006 (que por cierto dejé asentada en estas crónicas), comentando lo paupérrima que resulta la coctelería porteña en comparación a la chilena (1. ah, aquella carta de tragos de las urracas!!! y 2. las comparaciones suelen ser en vano, lo sé). Una noche muy linda, un breve y sentido encuentro en el continuo de la distancia.

sábado, septiembre 22, 2007

Después del segundo daiquiri la vida es bella

Esa fue la frase que escribí en el papelito que nos dieron los del grupo de improvisación en la fiesta de casamiento de Caro L., acaso inspirada por el daiquiri, la copa de vino y el cuba libre que me había tomado antes de escribir esa frase. Me divertí mucho porque de hecho mi frase fue seleccionada para la improvisación de cierre. No porque fuera original, concedo, sino simplemente porque hacía una combineta interesante con el contexto histórico y la situación elegida, dos peronistas de la primera hora hablando de la situación política del país.
La fiesta estuvo très excellente. La incorrección gramatical es válida en este caso.
Y en la mesa dulce había postre de chocolinas!!!
Escribo estas pocas y sentidas palabritas para dejar registrado ese momento, que me emocionó compartir porque de alguna manera, distante pero cercana a la vez, pude compartir con Carolina ciertas etapas del camino que culminaron en ese momento y se iniciaron en la (para mí) tediosa materia Taller III de la carrera, que cursé un año después que C&S. Tal vez es que la materia funciona por ciclos (algo así como Comunicación III) y un año es poético, otro prosaico, y así así. No hace falta decir cuál fue el ciclo que agarré yo.
Previamente a la boda asistí, tal como lo establecen las reglas del protocolo moderno (y no tanto), a una despedida de soltera en Santa Fe y Esmeralda, típico lugar de despedidas de soltera, con mucha mujer descontrolada. Muy divertido, especialmente porque las asistentes descontrolan tanto que son un espectáculo aparte.

domingo, agosto 19, 2007

Agostada

(y encima en Buenos Aires)

Siempre que me siento a escribir es porque estoy angustiada o deprimida o triste (no necesariamente es lo mismo), no falla.
A la vez estoy en una etapa de in-actividad cultural, más bien diría que eso es raro porque cuanto peor me siento es cuando más busco refugiarme en esas cosas.
Tal vez es que no pueda volver al circuito gallery (no necesariamente "night") porque extraño los recorridos de María José.
No sé.
Lo último culturoso que hice es asistir a la conferencia de Alan Pauls en el Malba, que por cierto estuvo muy buena.
Mirando hacia el futuro (existirá?) ya tengo mis entradas para cafe tacuba (septiembre), mimí maura (octubre) y serrat-sabina (diciembre), de manera que por lo menos haré catarsis musical, diferente en los tres casos, pero son tres casos propicios para hacer catarsis de algún tipo.
En fin.
Tenía planes de viaje pero ahora, no sé, me parece que esos planes de viaje tambalean.
Cuando hablo de viaje hablo de 3 o 4 días, como siempre en los últimos tiempos.
Pero hasta esos 3 o 4 días son una meta de un camino plagado de obstáculos crecientes y consecutivos.
Eso me hizo pensar en un tópico que he debatido bastante en distintas circunstancias, con diversas personas.
La cuestión es si sirve de algo irse de viaje cuando se está deprimido. La opinión de la mayoría de la gente que conozco es que no, porque:
a. la depresión impide disfrutar de cosa alguna, luego nos impedirá disfrutar del viaje, luego uno vuelve peor por haber hecho un gasto improductivo, y
b. los problemas no se quedan en el punto de origen sino que viajan con uno al punto de destino, luego el irse de viaje es un escape ilusorio porque cualquier problema hará notar su presencia tanto en Buenos Aires como en Colonia Caroya o las Bahamas.
Lo que le quita seriedad a esos argumentos en determinados casos es que a los 5 minutos, 5 días, 5 semanas o 5 meses (la extensión temporal del factor no altera el producto), la misma persona que se esmeró en encadenar lógicamente tales premisas te envía por mail las fotos del viaje a Europa que hizo después de: cumplir 40, o 30, o 25 (porque se sentía vieja, fané y descangallada)/ que su psi le recomendara irse de viaje para superar una depresión/ pelearse con la pareja/ pelearse con la pareja, los padres, la abuelita, el plomero, el cadete del super y el loro del vecino/ etc, etc, etc.
Yo seguiré sosteniendo, hasta que la vida me demuestre lo contrario, que irse de viaje es -por lo general- lo mejor que se puede hacer en los peores momentos, tal vez porque:
a. creo en el concepto de gasto improductivo (siempre lo he dicho), y
b. prefiero estar acompañada de mis problemas tomando una caipirinha mirando el ocaso en las bahamas o comiéndome un sandwich de salame casero en colonia caroya que esperando media hora el 151 en la city (para que después vengan 5 seguidos).
Por eso es que creo que aun si hay que endeudarse para hacerlo (como debería hacer yo en estos momentos) viajar puede ser una excelente terapia, para quien tiene la oportunidad de hacerlo.
Yo me ido de viaje en momentos malos y peores. He sufrido, he llorado y me he sentido muy sola en esos viajes, pero fueron un breve fragmento de escape de situaciones donde la estaba pasando peor aún. Y si fueron un escape sólo en el sentido más limitado de ese término, igual reivindico esos instantes de ruptura con ese continuo agobiante que ya he descrito en algún otro post.
Concedo que cuando un viaje se hace en un contexto situacional muy triste o que nos hace infelices, es muy triste el regreso. Y sí, más de una vez he querido no regresar.
Mi interés por este tema en este momento puntual no es casual; a veces siento que mi vida se va haciendo triste, y más triste, y más triste, tal vez es que me esfuerzo mucho para que no sea así y el cansancio alimenta de alguna manera la tristeza. Y un viaje es, en cierta forma, un descanso, aun cuando esté colmado de actividades (que no suele ser el caso de los míos).
Y además es agosto. En agosto me mudaría de planeta, o dormiría todo el mes si eso fuera posible.

Desde hace un tiempo a esta parte detesto agosto, no me importa el transcurso del tiempo objetivo, los sentimientos pueden ser tan atemporales como se les antoje.

domingo, julio 01, 2007

it's my party and I cry if I want to

(you would cry too if it happened to you...
or maybe not)
El 29 de junio cumplí años y eso amerita un texto sobre vivencias personales de cumpleaños.
Pequeña cronología desordenada,
hace dos años envié un mail por mi cumpleaños y ese mensaje generó muchos más efectos que los que yo esperaba, o por lo menos distintos a los que preveía. Si lo analizo desde el punto de vista académico, fue una dinámica comunicacional interesante. Recibí de personas que no imaginaba respuestas que no imaginaba y que de alguna manera superaban el marco de las condiciones de recepción inscriptas en el texto original. Incluso fui criticada (sin mucha sutileza, y hoy en día pienso que eso fue adrede) a mis espaldas (literalmente) y por supuesto tomé esas críticas desde el lugar que venían. Pero hay formas y formas de decir las cosas y todavía hoy siento esa molestia en el corazón, porque tomo el hecho como una demostración de la absoluta incapacidad de ciertas personas para intentar comprender al otro. A veces la educación y la historia de vida son muy pregnantes y es difícil salirse de esos esquemas mentales.
Eso ocurrió (o se gestó) durante aquel día de mi cumpleaños del 2005, pero la noche fue bien diferente.
Y viví esa noche de miércoles -ese fue en efecto el día en que cayó- en circunstancias que en ese momento me resultaron bellísimas. Lo triste, profundamente triste para mí, es que las sensaciones que sentía esa noche jamás las he vuelto a sentir.
Me veo caminando por el caminito de olsen, con mi saco gris de celeste a, mi blusa celeste de paz cornú (la ex ex de barrantes), mi maquillaje en tonos rosa, mi pelo de otro color con peinado de hebillita y mi bolsa de rapsodia.
Recuerdo haber visto en algún momento de la noche la llamada perdida de Nat, que no devolví en ese momento, y que a su vez me hace acordar lo significativo de nuestro desencuentro durante su estadía de aquellos días. Todo tiene que ver con todo.
Y era otra mujer, o en algún sentido todavía era una niña, mucho más niña de lo que soy ahora.

Hace un año fue mi festejo en arguibel, con invitados selectos, un rogel exquisito y muchas expectativas que no llegaron a cumplirse, aunque reconozco que logré mantenerme a flote. Pero a nadie le gusta simplemente sobrevivir, lo normal es desear vivir lo mejor que se pueda, y no estoy hablando del mero sentido material sino especialmente del emocional.
De allí venía la percepción de que, a un mes de mi cumpleaños nº 30, sólo me quedaba esperar un milagro para que -aunque fuera en parte- esas expectativas se cumplieran.
Y no me importa si nadie me entendió y si nadie estuvo ni está de acuerdo conmigo. Yo me entiendo bien y sé todo lo que me esforcé y todo lo que luché -de manera invisible, subterránea, tal vez equivocada- para poder vivir de otra manera.
Si hay algo que este año pasado fortaleció en mí (no sería correcto decir que me lo enseñó porque ya lo sabía) es a no tomar en cuenta las opiniones de personas (concedo que a veces con la mejor intención) que ignoran lo que yo siento en este momento de mi vida.
Las convenciones del festejo y la alegría que se debe sentir en determinadas fechas no son para mí. Lo fueron en algún momento, como en mi festejo (relativamente multitudinario) en el glam living mechita de Milión, que le alquilé a la entonces no tan popular ernestina pais en persona. Recuerdo que el día que fui a señar yo tenía puesto el mismo saquito gris que usaría en esa noche de cumple en olsen dos años después y ernestina me lo elogió. Son detalles menores y sin trascendencia pero que por algún motivo quedan en la memoria.
Esa noche del 2003 fue realmente un gasto improductivo, un derroche al mejor estilo Bataille, pero comimos rico y en un lindo lugar. Eso es lo que merece la pena ser recordado. Pero ya no me apetece festejar así porque me es imposible dejar de sentir que todo eso, en el fondo, no es más que una gran puesta en escena que oculta realidades de miserias, tristezas y sentimientos impostados.
Era otra vida y ya se han desplomado las cosas que se tenían que derrumbar y que entonces parecían tan sólidas.
A algunas personas no les sucede nunca (bienaventurados sean), a otras les sucede después de muchos años y considero que a mí me pasó bastante joven y de ahí mi visión singular y crítica sobre ciertos tópicos. Que es lógicamente una visión sin retorno.

Hace un mes y días dije que estoy caminando en un camino solitario.
Y lo sostengo.

sábado, mayo 26, 2007

Confesiones de una mujer de (casi) 30

Cuando tenía 20 años fui a ver al teatro, en MDQ, la entonces famosa obra Confesiones de mujeres de 30.
Eran las temporadas de verano donde me iba de vacaciones a Mar del Plata con Carina, Natalia y familia.
Yo era pelirroja en ese entonces, pero para adentro también era bastante diferente.
Recuerdo perfectamente estar viendo la obra y pensar:
1. que nada de lo que decían esas tres mujeres (interpretadas en ese momento por andrea politti, alejandra flechner y virginia innocenti) representaba lo que pasaba en mi vida en ese momento.
2. que no me imaginaba que a mis 30 me pasaran las cosas que ellas contaban.
Este post no es para declarar que estaba equivocada sino que, por el contrario (como alguna que otra vez sucede), casi una década después, el tiempo me dio la razón.
No me siento en absoluto representada por lo que representaban playing those roles.

Mi vida a los casi 30 no está cargada de esos escepticismos-cliché en gran parte ligados a los ex, la ley de gravedad (hoy en re-versión sedal), y etcéteras varios que se pueden relevar fácilmente a partir de cualquier revista femenina.
Quizás porque mi vida en esta década de los 20 estuvo muy alejada de las convenciones sociales. Tomando como parámetro, como siempre aclaro, el grupo de referencia al cual "pertenecía".
Y en ese camino largo que un día me vio caminar quemé, en efecto, una biografía, y siento que ahora estoy quemando las últimas hojas.
Esas que me resistía a quemar, porque hablaban de recuerdos de épocas que por contraste parecen felices, o de momentos compartidos en compañías que entonces creíamos plenas, o de esperanzas que todavía tenían un futuro donde desarrollarse. Pero, aun a mi pesar, esas hojas se están desprendiendo de la biografía y caen caducas y marchitas a mi alrededor.
No estoy de acuerdo en que necesariamente decir adiós sea crecer, pero en todo caso a veces no queda otra.
Y ese, en una persona solitaria, es un proceso violentamente solitario.

La semana pasada fui a ver, como suelo hacer por algún motivo irresistible cada vez que se presenta, el concierto de KJ. Y en esa noche sentí toda esa soledad intensa y condensada a lo largo de unas horas gélidas de fin de mayo.
No se trató de esa noche puntual, se trata de algo que vengo sintiendo desde hace mucho.
Definitivamente tomé conciencia de que ya no tengo con quien compartir esos momentos. Porque mi vida se aleja en una dirección donde todavía no llegó a un nuevo destino, pero en donde la distancia recorrida ya no permite ver aquel punto de origen que algún día percibí que ya no era fuente de originalidad sino de rutinas que no me hacían feliz.
Yo aprendí muy bien a estar sola a lo largo de la vida y sé que tengo un doctorado en eso. Pero esta es una clase de soledad que yo desconocía.
Ver a los grupetes, las parejas y las madres y padres con sus hijas me recordó de una manera muy dolorosa ausencias, angustias y soledades.
Y aunque kevin me alegró mucho la noche, en un momento el telón se cerró y la tristeza salió a escena de nuevo mientras todos se iban a un lugar muy distinto de aquel donde iba yo.
Que no era aquel donde me dejó el taxi, es decir mi casa.
Y pagar ese taxi me hizo sentir en el colmo de la soledad, en muchos sentidos.

Eventos

sociales y culturales de los últimos días

el film la môme
la discusión acerca de la comunidad griega en la Argentina
el cumple de Marina (tecito lúdico y amable)
el concierto de KJ y The Nada
el cumple de Mariana (cantobar con canto de Malo incluido)

no mucho más. estoy hibernando física y emocionalmente.

viernes, mayo 25, 2007

No tengo ganas

Este es uno de los casos donde el grupo no es necesariamente mi estilo pero hay una canción que me conmueve. Para mí, esta canción es una especie de himno a la contradicción humana.
Y todos tenemos algo de contradictorio en algún momento de nuestras vidas.
Por otra parte esta canción me gustó desde la primera vez que la escuché y varios meses después la vida me llevó a vivir, de alguna manera, lo que expresa la letra. Puedo entender bastante bien lo que es no tener ganas de seguir, pero tampoco ganas de parar. La sensación de apostar a un caballo que nunca, pero nunca gana, con la esperanza de que el día que gane va a pagar de una manera que compense todas las pérdidas (un 100 a 1 por lo menos). La percepción de estar hace cuáaaanto tiempo hundiéndome en este agujero.
He dejado mi destino a la suerte alguna vez; me he vestido y he salido a buscar a algo o a alguien. Y he pensado en la persona en la que no debía, pero es que tenía, también, tantas ganas de verla!
También he estado intoxicada, con certeza, alguna vez.

Mención especial a los arreglos de tango, le van más que bien a la canción.
Y me saco el funyi de arrabal frente a LA frase que vivo tan, pero tan, a menudo...
tendría que pensar qué me está pasando, pero es que estoy cansado de pensar

Himno de Bariloche

Cuenta la leyenda (y alguna bitácora de viaje perdida por ahí) que en septiembre del 2004 me fui como acompañante de un grupo de chicas de la monona St. Margareth's school en su viaje de egresadas a Bariloche. Y nos tocó compartir hotel con los chicos del San Jorge...una combinación explosiva.
Hoy en día sé poco y nada de la vida de esas chicas y chicos, pero recuerdo varias cosas de ese viaje.
La mayoría de los recuerdos me conducen a no recomendarle la experiencia de ser acompañante de teens en un viaje de ese estilo a nadie...si reciben esa propuesta, huyan mientras puedan.
Sin embargo sería injusto no decir que hubo cosas agradables también, como el chocolate con torta en el havanna de la base del cerro, o los baños de sol en medio de la nieve. Todo lo demás es simplemente una experiencia de vida, algo épica por momentos.
Y como buena épica, tiene su himno, que es una canción que los chicos coreaban en alguno de esos boliches de la base del cerro.
Me refiero a El viejo, de La vela puerca.
La incluyo porque la asocio a ese viaje y a su parte divertida, además estos muchachos uruguayos de la banda me caen muy bien.
Y entiendo muy bien esa parte que dice "yo sé muy bien que no querés mirar atrás"..

Resposta

Hace ya bastantes años escuché por primera vez esa canción y adorei.
Incluso me compré el disco de skank por esta canción, tan alejada de lo que se conocía de ellos en Argentina.
La historia es muy simple: una versión femenina de cyrano de bergerac, una versión masculina de roxane, dos chicas veloces, un semáforo muy lento y una onda verde que nunca llega y permite que se desarrolle esta pequeña historia, que tiene una previa y supongo un continuará que exceden el marco del video. Si nos limitamos a lo que ocurre allí, el galán (por gata flora) se queda sin panes y tortas y los músicos, como siempre, ganan...
Es un video de miradas, eso me gusta.

La laguna del sauce y la pedrera del mar

(aqua post del 20 de marzo)

El finde del 10 de marzo me fui a Uruguay a tomarme algo así como un retacito de vacaciones, ya que este año no me las pude tomar y Jujuy con Pauli & cía. quedó tristemente colgado (ah! me quiero ir de viaje al norte).
Para compensar la falta de holidays, decidí darme un lujo y tomarme un pluna bue-pdp. Dado el temporal que había ocurrido en la city hace un par de días, hubo problemas con el transporte de combustible y el vuelo se demoró unos cincuenta minutos. Aproveché para ir a freeshopear y me aprovisioné de un Jackie Daniels que me cobró un cajero muy simpático.
Después me senté esperando the departure y muy cerquita mío, con su mujer, estaba sentado Jorge Guinzburg, muy pálido, espero que el sol del este le haya sentado bien.
El viaje fue un placer, los 10 primeros minutos la vista del river plate fue hermosa, parecía una alfombra serena y prolija con brillos del sol y veleritos aquí y allá. Después todo fue un manto de nubes pero esa vista para mí es muy agradable también.
En el último tramo el piloto hizo una aproximación muy buena y entró por los campos de la laguna, la vista era espléndida.
Y llegando a los escasos 45 minutos que dura ese viaje llegamos a curbelo, en rigor de verdad llegamos al aeropuerto viejo porque -visita de B. mediante- los US force copaban la pista.
Descendimos entonces en una mañana muy tranqui, mucho matrimonio y rubiecitas de taco producidas y maquilladas cual de gran soirée.
Tuve un día, digamos, apacible, près la laguna y el domingo partí a la pedrera, casa amarilla, la famosa casa de norma aleandro, la misma del año pasado, esta vez sin ladrones (gracias a Dios!!!)
Yo ya sabía algo de las mejoras, pero realmente la casa estaba mucho más linda y la pieza que construyeron en la terraza (hace un año mi deck-desayunador) remediaba el desperdicio de desaprovechar esa exquisita vista al mar.
Además agregaron una pile bastante piola.
De Maitena ni noticias, su casa parecía estar desocupada.

De manera que el domingo y el lunes hice playa, el sol brillaba a pleno (en especial el lunes) y volví con un color interesante que de todos modos ya perdí.
Deuda pendiente: esta vez no comí pescado, pero sí un panqueque con ddl en el sosiego. Y paseé un poco por el lomo de la ballena también, atravesando un pleno atardecer.

No sé cuándo volveré a tierras uruguayas. En estos momentos tal vez me causa más tristeza que alegría ir...no sé.
Quiero creer que la próxima vez me esperan un té y un buen día de spa en las cumbres...
Veremos adónde será mi próximo viaje, y cuándo.

Me quiero irrrrrr......
tomarme un avión, o un micro, o subirme a un auto
y viajar, simplemente viajar

Je vous connais, Milord

Esa canción me encanta por varias cosas, entre ellas la historia que hay detrás, es decir el romance entre ella y el bohemio Georges Moustaki, que era baaastante menor que ella.
Y si bien la canción se llama Milord y la letra se dirige a él, en mi opinión la canción habla mucho más de la mujer que la canta que del famoso milord. Porque si bien está claro que la cantante es una mujer "de la calle", esas palabras sólo pueden ser dichas por una persona de una gran sensibilidad. Y sólo pueden ser cantadas por alguien que ha vivido ciertas cosas. Pertenece a esa clase de canciones que no pueden ser cantadas por cualquiera.
Como dice la canción, je n'suis qu'une fille du port, une ombre de la rue. Y que

l'amour, ça fait pleurer

es cierto, lo sé bien. Ahora bien, será cierto también que,

comme quoi l'existence
ça vous donne toutes les chances
pour le reprendre après...

no sé. Todavía no lo sé.