sábado, mayo 26, 2007

Confesiones de una mujer de (casi) 30

Cuando tenía 20 años fui a ver al teatro, en MDQ, la entonces famosa obra Confesiones de mujeres de 30.
Eran las temporadas de verano donde me iba de vacaciones a Mar del Plata con Carina, Natalia y familia.
Yo era pelirroja en ese entonces, pero para adentro también era bastante diferente.
Recuerdo perfectamente estar viendo la obra y pensar:
1. que nada de lo que decían esas tres mujeres (interpretadas en ese momento por andrea politti, alejandra flechner y virginia innocenti) representaba lo que pasaba en mi vida en ese momento.
2. que no me imaginaba que a mis 30 me pasaran las cosas que ellas contaban.
Este post no es para declarar que estaba equivocada sino que, por el contrario (como alguna que otra vez sucede), casi una década después, el tiempo me dio la razón.
No me siento en absoluto representada por lo que representaban playing those roles.

Mi vida a los casi 30 no está cargada de esos escepticismos-cliché en gran parte ligados a los ex, la ley de gravedad (hoy en re-versión sedal), y etcéteras varios que se pueden relevar fácilmente a partir de cualquier revista femenina.
Quizás porque mi vida en esta década de los 20 estuvo muy alejada de las convenciones sociales. Tomando como parámetro, como siempre aclaro, el grupo de referencia al cual "pertenecía".
Y en ese camino largo que un día me vio caminar quemé, en efecto, una biografía, y siento que ahora estoy quemando las últimas hojas.
Esas que me resistía a quemar, porque hablaban de recuerdos de épocas que por contraste parecen felices, o de momentos compartidos en compañías que entonces creíamos plenas, o de esperanzas que todavía tenían un futuro donde desarrollarse. Pero, aun a mi pesar, esas hojas se están desprendiendo de la biografía y caen caducas y marchitas a mi alrededor.
No estoy de acuerdo en que necesariamente decir adiós sea crecer, pero en todo caso a veces no queda otra.
Y ese, en una persona solitaria, es un proceso violentamente solitario.

La semana pasada fui a ver, como suelo hacer por algún motivo irresistible cada vez que se presenta, el concierto de KJ. Y en esa noche sentí toda esa soledad intensa y condensada a lo largo de unas horas gélidas de fin de mayo.
No se trató de esa noche puntual, se trata de algo que vengo sintiendo desde hace mucho.
Definitivamente tomé conciencia de que ya no tengo con quien compartir esos momentos. Porque mi vida se aleja en una dirección donde todavía no llegó a un nuevo destino, pero en donde la distancia recorrida ya no permite ver aquel punto de origen que algún día percibí que ya no era fuente de originalidad sino de rutinas que no me hacían feliz.
Yo aprendí muy bien a estar sola a lo largo de la vida y sé que tengo un doctorado en eso. Pero esta es una clase de soledad que yo desconocía.
Ver a los grupetes, las parejas y las madres y padres con sus hijas me recordó de una manera muy dolorosa ausencias, angustias y soledades.
Y aunque kevin me alegró mucho la noche, en un momento el telón se cerró y la tristeza salió a escena de nuevo mientras todos se iban a un lugar muy distinto de aquel donde iba yo.
Que no era aquel donde me dejó el taxi, es decir mi casa.
Y pagar ese taxi me hizo sentir en el colmo de la soledad, en muchos sentidos.

Eventos

sociales y culturales de los últimos días

el film la môme
la discusión acerca de la comunidad griega en la Argentina
el cumple de Marina (tecito lúdico y amable)
el concierto de KJ y The Nada
el cumple de Mariana (cantobar con canto de Malo incluido)

no mucho más. estoy hibernando física y emocionalmente.

viernes, mayo 25, 2007

No tengo ganas

Este es uno de los casos donde el grupo no es necesariamente mi estilo pero hay una canción que me conmueve. Para mí, esta canción es una especie de himno a la contradicción humana.
Y todos tenemos algo de contradictorio en algún momento de nuestras vidas.
Por otra parte esta canción me gustó desde la primera vez que la escuché y varios meses después la vida me llevó a vivir, de alguna manera, lo que expresa la letra. Puedo entender bastante bien lo que es no tener ganas de seguir, pero tampoco ganas de parar. La sensación de apostar a un caballo que nunca, pero nunca gana, con la esperanza de que el día que gane va a pagar de una manera que compense todas las pérdidas (un 100 a 1 por lo menos). La percepción de estar hace cuáaaanto tiempo hundiéndome en este agujero.
He dejado mi destino a la suerte alguna vez; me he vestido y he salido a buscar a algo o a alguien. Y he pensado en la persona en la que no debía, pero es que tenía, también, tantas ganas de verla!
También he estado intoxicada, con certeza, alguna vez.

Mención especial a los arreglos de tango, le van más que bien a la canción.
Y me saco el funyi de arrabal frente a LA frase que vivo tan, pero tan, a menudo...
tendría que pensar qué me está pasando, pero es que estoy cansado de pensar

Himno de Bariloche

Cuenta la leyenda (y alguna bitácora de viaje perdida por ahí) que en septiembre del 2004 me fui como acompañante de un grupo de chicas de la monona St. Margareth's school en su viaje de egresadas a Bariloche. Y nos tocó compartir hotel con los chicos del San Jorge...una combinación explosiva.
Hoy en día sé poco y nada de la vida de esas chicas y chicos, pero recuerdo varias cosas de ese viaje.
La mayoría de los recuerdos me conducen a no recomendarle la experiencia de ser acompañante de teens en un viaje de ese estilo a nadie...si reciben esa propuesta, huyan mientras puedan.
Sin embargo sería injusto no decir que hubo cosas agradables también, como el chocolate con torta en el havanna de la base del cerro, o los baños de sol en medio de la nieve. Todo lo demás es simplemente una experiencia de vida, algo épica por momentos.
Y como buena épica, tiene su himno, que es una canción que los chicos coreaban en alguno de esos boliches de la base del cerro.
Me refiero a El viejo, de La vela puerca.
La incluyo porque la asocio a ese viaje y a su parte divertida, además estos muchachos uruguayos de la banda me caen muy bien.
Y entiendo muy bien esa parte que dice "yo sé muy bien que no querés mirar atrás"..

Resposta

Hace ya bastantes años escuché por primera vez esa canción y adorei.
Incluso me compré el disco de skank por esta canción, tan alejada de lo que se conocía de ellos en Argentina.
La historia es muy simple: una versión femenina de cyrano de bergerac, una versión masculina de roxane, dos chicas veloces, un semáforo muy lento y una onda verde que nunca llega y permite que se desarrolle esta pequeña historia, que tiene una previa y supongo un continuará que exceden el marco del video. Si nos limitamos a lo que ocurre allí, el galán (por gata flora) se queda sin panes y tortas y los músicos, como siempre, ganan...
Es un video de miradas, eso me gusta.

La laguna del sauce y la pedrera del mar

(aqua post del 20 de marzo)

El finde del 10 de marzo me fui a Uruguay a tomarme algo así como un retacito de vacaciones, ya que este año no me las pude tomar y Jujuy con Pauli & cía. quedó tristemente colgado (ah! me quiero ir de viaje al norte).
Para compensar la falta de holidays, decidí darme un lujo y tomarme un pluna bue-pdp. Dado el temporal que había ocurrido en la city hace un par de días, hubo problemas con el transporte de combustible y el vuelo se demoró unos cincuenta minutos. Aproveché para ir a freeshopear y me aprovisioné de un Jackie Daniels que me cobró un cajero muy simpático.
Después me senté esperando the departure y muy cerquita mío, con su mujer, estaba sentado Jorge Guinzburg, muy pálido, espero que el sol del este le haya sentado bien.
El viaje fue un placer, los 10 primeros minutos la vista del river plate fue hermosa, parecía una alfombra serena y prolija con brillos del sol y veleritos aquí y allá. Después todo fue un manto de nubes pero esa vista para mí es muy agradable también.
En el último tramo el piloto hizo una aproximación muy buena y entró por los campos de la laguna, la vista era espléndida.
Y llegando a los escasos 45 minutos que dura ese viaje llegamos a curbelo, en rigor de verdad llegamos al aeropuerto viejo porque -visita de B. mediante- los US force copaban la pista.
Descendimos entonces en una mañana muy tranqui, mucho matrimonio y rubiecitas de taco producidas y maquilladas cual de gran soirée.
Tuve un día, digamos, apacible, près la laguna y el domingo partí a la pedrera, casa amarilla, la famosa casa de norma aleandro, la misma del año pasado, esta vez sin ladrones (gracias a Dios!!!)
Yo ya sabía algo de las mejoras, pero realmente la casa estaba mucho más linda y la pieza que construyeron en la terraza (hace un año mi deck-desayunador) remediaba el desperdicio de desaprovechar esa exquisita vista al mar.
Además agregaron una pile bastante piola.
De Maitena ni noticias, su casa parecía estar desocupada.

De manera que el domingo y el lunes hice playa, el sol brillaba a pleno (en especial el lunes) y volví con un color interesante que de todos modos ya perdí.
Deuda pendiente: esta vez no comí pescado, pero sí un panqueque con ddl en el sosiego. Y paseé un poco por el lomo de la ballena también, atravesando un pleno atardecer.

No sé cuándo volveré a tierras uruguayas. En estos momentos tal vez me causa más tristeza que alegría ir...no sé.
Quiero creer que la próxima vez me esperan un té y un buen día de spa en las cumbres...
Veremos adónde será mi próximo viaje, y cuándo.

Me quiero irrrrrr......
tomarme un avión, o un micro, o subirme a un auto
y viajar, simplemente viajar

Je vous connais, Milord

Esa canción me encanta por varias cosas, entre ellas la historia que hay detrás, es decir el romance entre ella y el bohemio Georges Moustaki, que era baaastante menor que ella.
Y si bien la canción se llama Milord y la letra se dirige a él, en mi opinión la canción habla mucho más de la mujer que la canta que del famoso milord. Porque si bien está claro que la cantante es una mujer "de la calle", esas palabras sólo pueden ser dichas por una persona de una gran sensibilidad. Y sólo pueden ser cantadas por alguien que ha vivido ciertas cosas. Pertenece a esa clase de canciones que no pueden ser cantadas por cualquiera.
Como dice la canción, je n'suis qu'une fille du port, une ombre de la rue. Y que

l'amour, ça fait pleurer

es cierto, lo sé bien. Ahora bien, será cierto también que,

comme quoi l'existence
ça vous donne toutes les chances
pour le reprendre après...

no sé. Todavía no lo sé.