sábado, septiembre 22, 2007

Después del segundo daiquiri la vida es bella

Esa fue la frase que escribí en el papelito que nos dieron los del grupo de improvisación en la fiesta de casamiento de Caro L., acaso inspirada por el daiquiri, la copa de vino y el cuba libre que me había tomado antes de escribir esa frase. Me divertí mucho porque de hecho mi frase fue seleccionada para la improvisación de cierre. No porque fuera original, concedo, sino simplemente porque hacía una combineta interesante con el contexto histórico y la situación elegida, dos peronistas de la primera hora hablando de la situación política del país.
La fiesta estuvo très excellente. La incorrección gramatical es válida en este caso.
Y en la mesa dulce había postre de chocolinas!!!
Escribo estas pocas y sentidas palabritas para dejar registrado ese momento, que me emocionó compartir porque de alguna manera, distante pero cercana a la vez, pude compartir con Carolina ciertas etapas del camino que culminaron en ese momento y se iniciaron en la (para mí) tediosa materia Taller III de la carrera, que cursé un año después que C&S. Tal vez es que la materia funciona por ciclos (algo así como Comunicación III) y un año es poético, otro prosaico, y así así. No hace falta decir cuál fue el ciclo que agarré yo.
Previamente a la boda asistí, tal como lo establecen las reglas del protocolo moderno (y no tanto), a una despedida de soltera en Santa Fe y Esmeralda, típico lugar de despedidas de soltera, con mucha mujer descontrolada. Muy divertido, especialmente porque las asistentes descontrolan tanto que son un espectáculo aparte.