lunes, junio 09, 2008

Haciendo face

De todas las materias que cursé en la Facultad -tanto en la querida Marcelo.T como en Parque Centenario- me quedaron fragmentos, comentarios que siempre recuerdo más allá de lo poco o mucho que haya tomado de cada una. El que viene a cuento ahora es el de mi profesor de Datos, Martín Rivaben, acerca de que si tomábamos como indicador el uso de las tecnologías informáticas aplicadas a la comunicación que se hacía en la facultad no one could tell que nosotros jóvenes bonitos en esa nueva pero destartalada aula éramos estudiantes de comunicación. Ni hablar de una página de la carrera en esos tiempos, o de la digitalización de la información académica de los estudiantes para agilizar cuestiones administrativas, o de poner a disposición de alumnos y profesores equipos para poder trabajar en la facultad. Con respecto a los tiempos que corren, prefiero callar graciosamente y echar un manto de piedad sobre ellos (no necesito verlo para saberlo).
Así es, a eso venía el comentario: en casa de comunicador, teléfono descompuesto.
Eso fue lo que pensé cuando, después de un cierto tiempo de una cierta resistencia pasiva, decidí hacerme mi face, que en este contexto no tiene ninguna connotación quirúrgica.
No sólo me acordé de ese comentario, me acordé también de varias ex compañeras C (de comunicación) que se resistían al uso del teléfono celular cuando todos los no-comunicación a su alrededor ya habían cambiado cinco veces de equipo, de varias que jamás tuvieron icq, que nunca se conectan al Messenger y que, más en general, miran con desconfianza cualquier sitio web que genere una adhesión más o menos masiva (Alabarces!!!!).
Reconozco que en algunos casos incluso yo he suscrito el último de esos puntos y esto que estoy narrando es un claro ejemplo. Meses de indiferencia total hacia facebook, hasta que decidí registrarme y allí estoy. Y allí están también, brillando por su ausencia entre mis contactos, varias de mis compañeritas de comunicación que no tienen una página allí y posiblemente nunca la tendrán. Es que nosotras no hacemos uso de las (ex N)Tic, sólo las estudiamos.
En mi caso, el uso que hago hasta el momento de mi incursión es, digamos, arqueológico, y me remite a la persona que fui, que tal vez ya no soy, pero que desea apropiarse de su propia historia y abrir un nuevo curso para ella. Y así le abrí mi facebook a gente que en algún momento pasó por mi vida y compartió una parte de la suya con aquella que fui.
Es más fuerte que nosotros: a todo le tenemos que dar una dimensión de sentido narrativa y sincronizamos relojes en el eje diacrónico.
Oh yes, I have to face it.