martes, enero 01, 2008

Mi saludo de fin de año


Hola a todos,
no sería yo si no escribiera mi saludo de findeaño; una de las cosas que llegan con los 30 (por lo menos en mi caso) es la conciencia de que hay ciertas cosas que ya no van a cambiar, lo más sabio es asumirlas y darles a quienes nos rodean la posibilidad de que las tomen o las dejen, cosa que por supuesto ocurre.
Aunque parto de esa base, el espíritu de este saludo nace de aquellas cosas que sí cambian dentro de nosotros mismos.
Y este fin de año es para mí, más que el de cualquiera de los años vividos hasta ahora, un gran espejo que me devuelve una imagen muy distinta a la que reflejaba a principios de año. Aunque a mi alrededor nada ha cambiado demasiado desde enero, yo sí he cambiado mucho en una manera que no es perceptible a simple vista, y que hasta para mí sólo comienza a hacerse evidente ahora.
Así que si este saludo es más caótico que el de años anteriores, es simplemente por esa revolución interna.

Si bien creo que todos vivimos un proceso de cambio continuo, creo también que sólo nos volvemos conscientes de él cuando es tan importante que afecta estructuras profundas y arraigadas de nuestra historia y nos permite ver desde enfoques novedosos y diferentes determinadas experiencias de nuestra vida.
Es ese proceso de cambio, que sigue su curso (y por supuesto no está exento de contradicciones), el que me permite resignificar el fin de año y darle una dimensión plena, la de la continuidad de esta vida que todos tenemos el privilegio de gozar y donde a pesar del sufrimiento -que es inevitable- podemos soñar, crear y hacer en un sentido que nos permita sentir en la potencialidad pura de cada instante esa incomparable sensación que es, justamente, la de sentirnos vivos.
Es por eso que mi deseo de fin de año para cada uno es que disfruten de un año intensamente vivido, en la manera que cada uno así lo entienda, sin verse limitado por prejuicios o por la opinión ajena.

Por otra parte, la mayoría de los que reciben este saludo sabe que desde hace muchos años no participo en el torbellino asociado a las celebraciones navideñas, simplemente lo miro de afuera. No obstante, es difícil permanecer ajeno y además, aunque mis sentimientos recorran otros caminos, hacen su recorrido también y en algún punto se cruzan con los de los demás.
Y desde ese punto de encuentro que nace del cariño, la simpatía y los momentos compartidos (en algunos casos recientes, en otros no tanto; pero siempre presentes en la memoria del alma, que es indeleble), les quiero desear una feliz navidad que puedan disfrutar en armonía junto a sus seres queridos.

(nota: sé que todo esto suena a una mezcla de psicoanálisis, canciones del recital de serrat y sabina y tratado semiótico acerca de la pluralidad del sentido, ji ji...y sí, tuve todo eso este año en mi vida, pero la experiencia de este año, de la que nacen estas palabras, abarca por supuesto muuuchas más cosas)

Un beso grande,
y un brindis con un buen vino (tampoco sería yo si omito este paso),
Ariana

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