martes, enero 01, 2008

Pendientes

(y van...)

Antes de que termine al año (nota: este post lo publiqué originalmente en mi space en noviembre del año pasado) y ciertos eventos pasados se pierdan (nunca definitivamente) en los recovecos de mi memoria, los asiento en éste, mi registro escrito que leído a la distancia me permite observar los rumbos que fue y va tomando mi vida.
Después del viaje inaugural de la primavera me escapé nuevamente al este, donde hice un poco de playa en una parada céntrica (un viernes a la tarde, no había casi nadie) con una parada -central- en el puerto para comprar mejillones y otra parada -obligada- en la tienda inglesa.
Los mejillones los comí después, con cebollita de verdeo, jamón crudo, crema y papas fritas, estaban plus-que-parfait.
El sábado hice otro poco de playa en la rinconada, aucune personne en kilómetros a la redonda, y un mar excepcional. Muy lindo.
Y el domingo tomé bastante sol, de hecho me vine pasada de color, que ya se lavó a fuerza de tanta lluvia insolente.
Antes de eso me había ido al concierto de mimí maura en la trastienda, originalmente previsto para las 23.30 pero que empezó a la 1, con el añadido de que la espera afuera fue bastante complicada porque hacía bastante más frío que el esperable para esa época. Conclusión: me quedé una hora y me fui, mimí es muy buena show-woman (y además de acuerdo a sus dichos y los de su marido debía estar potenciada por sustancias varias) pero a eso de las dos yo ya no daba más, así son los 30. De manera que aprovechando un salvador intemedio decretado por la banda en pleno (asumo que para potenciarse un poquito más) dejé mi ubicación de mesa de fila 1 (demasiado adelante, lo sé) e hice un discreto mutis por el foro.
Luego no tuve demasiada actividad artística/cultural, por diversas razones. Aprovechando entradas gratis fui a ver el pasado (asumo que la novela debe ser muy difícil de capturar en un film, y se notaba) y quiéreme, una película que yo pensaba liviana y terminó siendo un verdadero dramón, y yo sin carilinas.
Y hace unos días me fui con Pauli a ver les luthiers, en mi caso sólo llegué a ver los últimos tres fragmentos y los fuegos artificiales (muy lindos), pero valió la pena igual, tal lo esperable.

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