martes, octubre 03, 2006

Crónicas chilenas

(publicado en marzo de 2006 en mi blog de hotmail)
Tratando de dejar un registro de mi semana en Chile, comenzaré con el día de mi llegada. Coming soon, el resto de la semana.

Sábado a la madrugada, la bienvenida de la aduana

Despertarse súbitamente y tener como primera visión del día el deslumbrante marco de la cordillera no es poca cosa para una humilde habitante de la llanura pampeana. Pero la placidez del despertar no duró mucho porque con los primeros albores de la mañana llegamos a la aduana chilena y por supuesto debimos bajar del micro. Después de hacer los trámites en migraciones me fui muy relajada a que escanearan mi bolsito de mano. Al igual que la placidez el relax también me duró poco porque cuando llegué estaban reclamando al dueño de una mochila...que era justamente la mía. TODO el mundo giró la cabeza hacia mí, cual girasoles -o maravillas según los chilenos- buscando el sol, creyendo que tras mi cara de yo no fuí había una traficante de empanadas de carne y ensalada de fruta.
Conclusión, tuve que sacar mis bombachas y mi cepillo de dientes para mostrarle a los oficiales de la aduana que no había nada raro en mi bolso. Eso no se le hace a una dama; por suerte tuvieron la delicadeza de no hacerme sacar tooodas mis cosas, simplemente me dijeron "está bien, mi reina" (una expresión muy típica para ellos) y acabose ahí.
Horas después llegaba a la terminal de los héroes y comencé mi periplo trans-cordillera.

la vida es un sube y baja

"Subir" y "Bajar" son verbos muy populares en Santiago, donde los desplazamientos urbanos se expresan en esos términos, para nada eufemísticos sino llanamente literales. La parte alta de la ciudad es el hábitat de la high class, adinerada, excluyente y cerrada, que sólo se codea con miembros de su propio grupo. "Lo demás" comienza desde, digamos, la plaza Italia hacia abajo; y el abajo es una zona muy definida con características radicalmente diferentes a las de arriba. En el medio queda una suerte de limbo inclasificable que carece siquiera de expresiones para definirlo: la construcción conceptual "clase media" no existe en el vocabulario demográfico-sociológico chileno. En esa zona indefinida, un poco culturosa, un poco artie, un poco bohemia, un poco vanguardista, un poco costumbrista, se encuentra el barrio Bellas Artes, que fue mi lugar de residencia por unos cinco días.
El día de mi llegada bajé un poco desde allí y bajo un sol impresionante fui con mi amiga casi hermanita Natalia a visitar la casa de gobierno, abierta al público en su planta baja. De ahí nos fuimos a almorzar y, como buena fan de la palta, no podía dejar de probar ese fruto en tierra chilena, por lo tanto almorcé una palta reina de la que comí sólo un tercio porque era realmente contundente.
A la tarde nos tomamos unas cervezas en la casa de Nat.

Sábado a la noche, putting the battery...recargada

A la noche nos fuimos a Vitacura, una zona muy cheta y eso hacía que sonara un poco descolgado el nombre del lugar al que fuimos, Las Urracas...a very top place a pesar del nombre, sobre todo en sus precios, que superaban cómodamente el promedio-puerto-madero que en Argentina podemos tomar como parámetro de lo caro. Como para esa altura yo estaba tan cansada que necesitaba pilas, cual conejito de duracell me pedí justamente un battery (un energizante que creo que acá no se consigue) con vodka. De ahí pasé a una cerveza con papas fritas. A las dos horas abrieron las pistas de baile y fuimos a una de ellas.
La pista de baile era un tema parte. Creo que lo de "las urracas" aludía a ciertas de las mujeres que movían su cuerpito por ahí. Realmente un lugar multitarget, había gente desde los 30 hasta personas con varias décadas más encima (Nat y yo jamás nos olvidaremos de la mina de los voladitos). Tampoco faltaban los argentinos plomazos y pesados creyéndose los galanes del universo.
Después de bailar un rato nos fueron a buscar unos amigos de Natalia (Marcelo y su hermano Gonzalo) y fue así como terminé en una casa del exclusivo barrio Las Condes, tomando bourbon y comiendo toblerone y lenguitas de gato de chocolate.

No hay comentarios.: