martes, octubre 03, 2006

Miércoles, ve las artes en Bellas Artes

(publicado en abril de 2006 en mi blog de hotmail)
En ese miércoles 22 de marzo que pasé en Santiago hace un escaso mes y nada, decidí que ya era tiempo de aportarle un poco de cultura culta a mi recorrido turístico y a la tarde me fui a visitar el Museo Nacional de Bellas Artes, que queda a cuadritas de donde yo estaba, ahí en BBA, en el Parque Forestal. Me pasé unas cuantas horas metida ahí adentro, apreciando una parte de la historia pictórica chilena a través de cuadros -algunos realmente antiguos- que daban cuenta de la evolución temática y estilística a través de las distintas escuelas: el realismo, el auge del retrato, la escuela modernista...and so on. Algunos retratos tenían más vida en la mirada y la expresión de los retratados y mayor fuerza y prestancia que muchas de las fotografías que podemos ver hoy en día. Impactantes.
Pero lo que más me gustó de la visita fueron tres muestras de artistas contemporáneos. La primera -de hecho la primera que vi, además- fue la de Alexandra Domínguez ("Cartografía de lo desconocido"), una serie de acuarelas con un gran abánico cromático y unos títulos poéticos y sugestivos.
El manifiesto que acompañaba a las obras era un accesorio no accesorio y le daba un marco de sinergia a la experiencia. Me quedó grabada una frase, que recuerdo: "Buen sitio es un papel para quedarse, a falta de otro lugar donde levantar su conciencia utópica los seres humanos".
La segunda fue la de Kuitca, que tenía en exhibición tres muestras a la vez (o sea, le dedicaron una retrospectiva). Mi favorita fue la principal, que constaba de telas con obras que en algún momentó Kuitca comenzó y luego desechó. Los lienzos con esas obras inconclusas fueron usados por él a posteriori para cubrir su mesa de trabajo, sirviendo de improvisado anotador para escribir desde fechas y datos de exposiciones propias y ajenas hasta la lista del super o el teléfono de la pizzería. Así fueron cubriendo las distintas mesas una serie de lienzos desde el 2000 hasta el 2005; simplemente cuando Kuitca consideraba que el "mantel" en cuestión había cumplido su ciclo, usaba otro y así fue como a los pasillos de ese museo por el que yo paseaba llegaron decenas de cuadros representativos del arte moderno montados en círculos de madera. Todos tenían inscripciones interesantes y era divertido detenerse a leerlos. Me llamó la atención una anotación que decía "Ahora me voy a tomar tres rohypnol: el primero para dormir, el segundo para soñar...". Y si bien recuerdo que en ese momentó me gustó el texto, no logro acordarme de para qué era el tercer rohypnol; creo que estoy en el mismo estado que él después de tomárselos.
Y la tercera de mis elegidas fue "Maderas del cielo" de Pilar Ovalle, una muestra de esculturas de árboles cuya materia prima era, justamente, madera de diversos árboles. Una colección sensible y estéticamente hermosa.
A la noche no salimos, de hecho ese miércoles a la noche tuve un bajón profundo, uno de varios en un viaje con altibajos... me hubiera venido bien esa tecera pastillita.

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