martes, octubre 03, 2006

Cuartos y millas

más notas de cata
(publicado en abril de 2006 en mi blog de hotmail)

Hoy es un día especial, el aniversario de una fecha triste, de una noticia que yo esperaba y no esperaba, que recibí en un lugar -un cuarto- donde pasé muchos días en esos años, el living de Mercedes.
Me acuerdo de cosas simples
Me acuerdo de estar bajando del colectivo con ella, me acuerdo de las cosas que hablábamos,
me acuerdo de cosas no tan simples
me acuerdo de la vivencia de lo injusto y de lo no elegido, me acuerdo de la desagradable sensación de ser un cero a la izquierda.
Pasaron 16 años desde ese día (más de la mitad de mi vida hasta el momento) y ciertos recuerdos los recuerdo de una manera más vivída que lo que viví hoy.
Tantas millas recorridas y a veces las más antiguas parecen las más cercanas.
Por eso hoy es un buen día para tomar vino.
Estoy tomando uno que me gustó mucho, creo que la relación precio-calidad es óptima, al menos para mi gusto, más allá de las condiciones del vino. Se trata del syrah-viognier de Graffigna; el syrah es casi mi cepaje (tinto) preferido y el dulce toque del viognier le viene de maravillas. Las especias y la magia amaderada del syrah no se pierden sino que el 10% de corte blanco le otorga un realce particular.
El syrah es un vino ideal para los momentos tristes. Es un gran distractor y te lleva a pensar en otras cosas. Es especial.
Pero esa es sólo una modesta opinión, tan singular que posiblemente funcione sólo en mi caso.
Antes de abrir esa botella tomé el cuarto de milla (¿por qué será que ese nombre me evoca tantas cosas?) semillón-tocai friulano 2000. Para hacerle justicia, supongo que el vino es bueno -tengo muy buenas referencias- pero a mí creo que me tocó una botella que no fue adecuadamente guardada (ya con vinos de un año y meses hay que tener muchos recaudos en la guarda, y en este caso hablamos de un vino de seis años) y el corcho ya estaba mojado y el sabor del vino no era agradable. Tampoco era desagradable, se podía tomar (y tomando en cuenta el precio no estaba en mis planes desperdiciarlo), pero evidentemente la plenitud de su potencialidad se había perdido entre temperaturas o lugares con humedad ambiente no adecuados.
Alguna otra vez lo compraré en otro lugar y le daré otra oportunidad.

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