(publicado en abril de 2006 en mi blog de hotmail)
Todavía no continué con el relato de mis vacaciones en Chile porque ese viaje me dejó sensaciones y emociones muy profundas y creo que aún me cuesta sentarme a escribir sobre él. Pero en breve seguiré.
El jueves a la noche me fui a ver el método; hace mucho quería ver la obra de teatro y decidí que la película tal vez valiera la pena. La verdad es que no me encantó, encuentro que el guión no siempre está bien resuelto y creo que decididamente es una obra para teatro, es una asignatura pendiente para mí ir a verla. Rescato el tema -que es interesante para debatir-, ciertos momentos y ciertas actuaciones, como la del hijo de Alterio, que en mi opinión está muy bien en su papel y vuelve creíbles todos los tics e inseguridades de su personaje. Eduardo Noriega -que a mí me encanta- está bastante extraño en este film, me hizo acordar bastante a Sebas Presta, el de Kitsch.
El sábado a la tarde fui a visitar el nuevo hogar de mi querida y adorable Lauri, que me alimentó con tarta de manzana, ricotta y membrillo.
El jueves a la noche me fui a ver el método; hace mucho quería ver la obra de teatro y decidí que la película tal vez valiera la pena. La verdad es que no me encantó, encuentro que el guión no siempre está bien resuelto y creo que decididamente es una obra para teatro, es una asignatura pendiente para mí ir a verla. Rescato el tema -que es interesante para debatir-, ciertos momentos y ciertas actuaciones, como la del hijo de Alterio, que en mi opinión está muy bien en su papel y vuelve creíbles todos los tics e inseguridades de su personaje. Eduardo Noriega -que a mí me encanta- está bastante extraño en este film, me hizo acordar bastante a Sebas Presta, el de Kitsch.
El sábado a la tarde fui a visitar el nuevo hogar de mi querida y adorable Lauri, que me alimentó con tarta de manzana, ricotta y membrillo.
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