martes, octubre 03, 2006

Entre los mareados y la última curda

(a veces la vida te marea un poco)
(publicado en marzo de 2006 en mi blog de hotmail)

Con respecto a la semana en la pedrera, otro sí digo. Olvidé mencionar que otra cosa que me pasó en la casita fue que el casero me conectó mal la garrafa de gas y por lo tanto el gas volaba libremente por ahí. Incluso desde el techo de la casita podía sentir el olor a gas mientras estaba plácidamente desayunando. Creo que hasta llegué a estar en un estado de leve embotamiento, pero en todo caso no llegué a volar por los aires. Justo cuando era posible que eso sucediera llegaron mis amigos que lo primero que notaron fue el olor a gas y me conectaron bien la garrafa.
Empiezo a notar que un par de semanas sin televisión y una se halla desorientada. Por ejemplo, ayer miraba soy tu flan y encontré que Gastón Pauls fue reemplazado por un intento fracasado de clon, ¿qué pasó en el medio? Advertí también que me iba a perder el último capítulo donde -¡justo!- hace su aparición estelar Gael García Bernal (es como dice la canción, no tengo a un hombre ni a gael garcía, me siento tan vacía). Y la duda me carcome, ¿¿¿quiénes son los que se fueron de la academia de operación triunfo los últimos dos domingos??? ¡¡¡y encima me lo voy a perder dos semanas más!!!
Curso de vinos. La última clase estuvo muy bien, fue una suerte de festín excesivo de pizza con espumosos varios. Me cansé de comer pizza; nos sirvieron como siete veces a cada uno, creo que yo habré comido como unas cinco porciones. La pizza era a la parrilla y como era de esperar no era la tradicional sino variedades de esas con tomates confitados, rúcula, albahaca, camarones, bla, bla, bla. Los champagnes/espumantes estaban bien, de los cuatro hubo un par que eran ricos, los otros almenos fueron una buena compañía para la pizza. El mejor fue el María, repetimos casi todos, salvo una chica driver que fue muy prudente. Así las cosas terminamos el curso, que espero, o tal vez necesito, repetir pronto. Esas cuatro noches por unas horas (casi) todos los problemas parecieron irse de mi vida. Es un estado muy pero muy difícil de encontrar y dudo que en mi caso, en este momento de mi existencia, pueda encontrarlo a través de otra cosa que no sea el vino. Un buen bourbon también se acepta.

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